INFLUENCIA DE LA TELEVISIÓN EN LOS ADULTOS
La televisión es un factor constante en nuestras vidas ya que permite a las personas evadirse de su propia realidad y verse reflejado en la felicidad que transmiten las imágenes. Al haber estado presente a lo largo de todas sus etapas, consideran a la televisión como un elementos de confianza como si de un miembro de la familia se tratase, a pesar que su única finalidad es conseguir dinero.
La mayoría de los programas emitidos están liderados por presentadores que se muestran cercanos a la familia, ya que se dedican a representar relaciones de intimidad. Los programas suelen comenzar con expresiones que acercan al público hacia el programa, como “¡Hola, familia!”. Los personajes televisivos se convierten en “amigos de toda la vida”, por lo que necesitamos verlos diariamente.
La televisión se utiliza como poder de control y vehículo de cultura, que se convierte en incultura para ser mejor aceptado por parte del público, cuando no hay mejores opciones.
La televisión muestra un mundo supuestamente neutro que representa al mundo real. Un mundo imaginario donde hay menos problemas y más agradable que la realidad. Por tanto en este mundo es muy importante la imagen, apareciendo personas con un cuerpo que responde al canon de belleza vigente, el cual crea inseguridad en los ciudadanos al no conseguir parecerse a los personajes televisivos.
Otra de las frustraciones surge a raíz de que el mundo televisivo crea falsas necesidades que los menos dotados económicamente no pueden permitirse. La televisión sostiene que la felicidad se consigue a través del éxito económico y social, donde los mayores deseos se consiguen a cambio de dinero.
La televisión emite pocos documentales o programas culturales, exceptuando La 2 o Canal Plus cuyos espectadores suelen tener nivel cultural más elevado. La empresa televisiva al tener ánimo de lucro no se preocupa en la calidad ni en el contenido pues saben que no perderán audiencia.
La televisión es la fuente principal del espíritu consumista. Tiene como propósito conseguir que el cliente le desagrade todo lo que tiene para, así comprar nuevas cosas. La televisión es un medio adecuado para el adiestramiento en el consumismo. Mediante ella se adiestra a los espectadores la capacidad para crear un deseo y posteriormente, consumir.
Parece que los medios de comunicación defienden la democracia al destapar escándalos políticos y financieros, pero en realidad las informaciones han sido “filtradas” por sectores políticos que financian o dirigen las distintas empresas televisivas; con ello buscan crear una opinión favorable a su partido.
La información al fin se convierte en un gran método de manipulación que acaba eliminando cualquier sensibilización ética. Lo que salga en los medios se considera correcto y se utilizan los escándalos como un medio que controla la atención de la gente.